martes, 24 de abril de 2012

Malditos comerciales clichés

Los odio, son una verdadera mierda podrida, y si, me refiero a esos de mamá planchando, mamá limpiando, esos donde tratan a la mujer como una consumidora potencial, también me cabrean esos que estereotipan a los hombres (¡no soy feminazi! ¡os lo juro!). Como si las mujeres fuesen las únicas capaces de prender un puto aparato desprende vapor y los hombres los únicos capaces de, no se, ¡es que de esos comerciales hay pocos!

Y los comerciales de maquillajes, ¡como los odio! apestan más, es molesto disfrutar de tu programa favorito cuando de repente sale un comercial diciendo "¡compra este lápiz labial color carmín y si te llevas diez unidades recibirás un lápiz labial carmín-anaranjado con un 10% de descuento!". Recuerdo que una vez hicieron lápices labiales con sabores, ¡que bien! ¡me encanta comer lápices labiales!

Si no me equivoco, los de este color sabían a fresas.
Los lápices labiales son aceptables hasta cierto punto, acepto que hayan de color rojo, rosa, etc, ¡pero uno azul! ¡por favor! ¡nadie quiere aparentar tener hipotermia! Y también están esos comerciales que a veces tratan al género femenino como un género lleno de subnormales, que buscan solo consumir y consumir (aunque hay mujeres así, que, cuando se quedan sin dinero en la tarjeta, se dedican a robar dinero metálico para comprarse tacones que nunca, en su miserable vida de consumismo, usarán).

Cada vez que veo esos comerciales de mujeres comprando tacones con un miserable 5% de descuento, pienso en esto "Urrdhh durrrh, necesito comprar este par para la boda de mi primo segundo, estos otros de aguja grande para el funeral de mi Tata y este para asistir al centro comercial donde me abasteceré de más tacones".

Yo me imagino que si se rompe la aguja, la mujer que usa el tacón se llevará una buena hostia.
Otros comerciales que odio son esos en los cuales te ofrecen un millón de sombras de ojos de "distintos" colores, la mayoría son azules o morados. Cuando veo a alguien usando esta sombra de ojos, yo imagino que debe de sufrir alguna especie de insomnio; que el éxtasis le ha hecho algo o que sufre pesadillas donde salen cuerpos de gente decapitados acumulados en una esquina de la casa.

Y como olvidar ese comercial donde mamá sale limpiando el inodoro, porque claro, solo una mujer puede limpiar el inodoro (¿dónde esta Mario cuando se le necesita?). Ni que los niños sean elefantes, pues oiga, pero el inodoro está lleno de mal olor, como una mezcla de heces con orina.

Y creo que hasta acá llego con la entrada, resumen: odio esos comerciales, apestan mucho, no soy feminazi, pero por favor.

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