martes, 3 de julio de 2012

Me gustan las lagartijas

Las lagartijas nos pertenecen. Son chilenas, TODAS (más o menos).
Bueno, si, me gustan. Son comunes y raras al mismo tiempo, pero yo no imaginaría que hubiese una de ellas en nuestro colegio (al fin y al cabo, ¿cuántas probabilidades hay?) y menos que yo fuese la que la atrapó.

Como os cuento esto...veamos, resulta que yo estaba en el baño (si, el baño), me lavé las manos y salí, cuando oí a mis hermanas gritando algo sobre una lagartija, así que fui donde ellas estaban y vi que allí estaba correteando, efectivamente, una lagartija. El primer intento de atraparla fue fallido (atrapé una roca), pero al segundo logré agarrarla.

Luego de eso, estuvimos un buen rato enseñando la lagartija a los niños y a los profesores (y a más de uno le dio un infarto). Estábamos buscando a la tía de naturaleza (porque parecía que la lagartija tenía rota una pata trasera, después nos dimos cuenta que ASÍ era su pata), preguntamos por ella, pero resultó que no estaba.

Al final, devolvimos la lagartija a las plantas. Yo la apodé "Hijo del Pipe" por pura gracia. Espero volver a verla algún día, pero las posibilidades son realmente bajas.

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