miércoles, 22 de febrero de 2012

Bien, sobre la gatita (de la cual he escrito aquí, aquí y aquí), a la cual yo me refiero como Cuca (jejejejeje), pensamos regalarla a la hija de la vecina (no pienso poner su nombre, je), pero como Cuca ya tiene dueña (no, no somos nosotras) no podemos hacerlo, si su dueña fuera la mitad de buena que nosotras, Cuca ni siquiera hubiera venido a esta casa, aunque queda obviamente la posibilidad de que se perdió.

Cuando desperté pude desayunar (gracias universo), pero descubrí que la malévola y aparentemente dulce Cuca se había orinado en una esquina de mi cama, pero era apenas un charquito que no toque mientras dormía. No me importo, cambiar sábanas es divertido (?).

Ya saben lo que paso el resto del día, lo normal, jugar al computador y todo. Transformice hasta el hartazgo, almorzar, ordenar un poco, jugar, dormir, lo de siempre, ¿qué esperaban? Ni que los días fuesen taaan interesantes, en algún momento mi cabeza explotará de la rutina.

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