martes, 21 de febrero de 2012

¿Por qué sigue aquí?

Ella vuelve siempre que quiere, por más que la echemos, volverá. Diré que en este día no ha pasado nada especial, pero releyendo el blog entero uno se puede enterar que esto tiene su cosa, ¿luls? Vamos, no toda la gente va al Happyland un día y a la mañana siguiente esta en la caleta Coloso, ¿o me equivoco?

Que importa, hice la misma rutina de algunas entradas anteriores, despertarse, almorzar, ordenar un poco, jugar al computador el resto del día y dormir. Claro que, como la gatita estaba ahí, tuvimos que soportarla y yo dormí con ella (fufufufufu). No podemos tenerla, pero nuestra empatía no puede dejarla estar en el frío invernal de afuera.

La hija de la vecina que viene muchas veces aquí quiere mucho a la gatita, aunque a veces llega al punto absurdo de perseguirla y la gata la rasguña, creo que le da igual, la niña se ríe (¿qué la protege? ¿un halo de ignorancia ante los rasguños?). La gata no tiene nombre y no puedo referirme a ella como "la gatita", pero esto no es de importancia, de hecho cuando la vemos jugar decimos "ÉL esta jugando", si, la tratamos como hombre.

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